1.- “Es más caro reciclar que fabricar productos con materias primas nuevas”
Esto no es cierto. Muchos productos reciclados ahorran energía y agua, pero también reducen el uso de materias primas, y la energía y contaminación asociadas al proceso de extracción. Por ejemplo, es mucho más barato reciclar el aluminio que gastar agua y energía en un proceso minero que sólo aumenta los costos y produce contaminación.
2.- “Es más caro reciclar que botar la basura a un vertedero”
Cuando botas basura en tu basurero, y sacas una bolsa o un tarro a la calle, el problema no desaparece de tu vida. Los “rellenos sanitarios” son un problema de toda la población y los gastos que involucra mantener montañas de basura los pagamos todos en los impuestos. Además, es dinero que podría usarse para algo mejor, como escuelas o museos.
3.- “Transportar los materiales reciclables a los centros de reciclaje también produce contaminación”
Claro que hay que tomar en cuenta la bencina que gastaría un camión en llevar un montón de cosas durante mil kilómetros para que las reciclen, pero si el auto eléctrico funcionara con energía limpia y los centros de reciclaje estuvieran cerca de las ciudades, no habría mucho problema. El reciclaje se plantea como una propuesta amplia, donde debe estar involucrado un estado fuerte que fomente las políticas y las nutra de infraestructura.
4-. “Lavar bien las botellas y latas gasta más energía que la que se ahorra reciclándolas”
Está bien, las botellas hay acumularlas bien limpias para poder reciclarlas, y limpiarlas usa agua y detergente, cierto. Pero seguramente vas a lavar los platos después de almorzar, así que puedes perfectamente limpiar las botellas con la misma agua.
5.- “No tiene sentido reciclar porque al final todo hay que botarlo a la basura igual”.
Mucho se comenta que los productos no son infinitamente reciclables, que poco a poco se van mezclando con otras cosas que al final los volverá inutilizables. Por si no lo sabían, en las plantas de reciclaje hay maquinaria adecuada para hacer una potente selección de materiales, que puede identificar, por ejemplo, un pedacito de plástico entre un montón de vidrio. Revolviéndolos, pasándolos por poderosos imanes, soplado con cuchillos de aire, e inspeccionados con rayos láser, se puede separar cualquier material de otro.
Fuente: chelseagreen
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